Era un día soleado de 2013 cuando tres personajes quedaron para tomar café en el Hotel Reina Cristina de Algeciras, la sede de tantas cosas del Campo de Gibraltar.
Juan María de la Cuesta, Álvaro Moya y Antonio Gil decidieron en ese café romper con la tónica habitual de la comarca y dar un paso: hay que construir pensando en el futuro, no para nuestro disfrute, sino para el de nuestros hijos y nietos.
Ese día nació @ndaluciabay20.30
El nombre en sí parece un jeroglífico que muchas veces ha sido malinterpretado: si, el nombre empieza por “@”, porque el futuro será digital o no será. Si, es Andalucía Bay, porque la Bahía de Algeciras es tan importante que trasciende la mera comarca, y, si Cádiz nos deja de lado, Andalucía debe ser nuestro ámbito de influencia. Y si, 20.30 lleva un punto en medio. No es 2030, sino que es 20, porque era la fecha de tener un tren competitivo prevista y 30, porque era la fecha en la que el Campo de Gibraltar debería optar al pleno empleo con las inversiones previstas.
La asociación se inscribió con la presidencia de Antonio Gil Ropero, siendo posteriormente presidentes, la sanroqueña de adopción Arantza Montero, el linense Antonio Pérez Carmona y actualmente, el algecireño Francisco Palenzuela. Y siempre, el alma máter y portavoz, el pileño – barreño, Juan María de la Cuesta.
En este tiempo se ha peleado por el tren, que es algo más que una infraestructura, es el símbolo del abandono de la comarca y de la indolencia de sus habitantes, se ha peleado por la cultura, se ha peleado por el reconocimiento fuera de la comarca, se ha peleado por conseguir influencia política en Madrid y Sevilla y se ha peleado para que los ciudadanos sean conscientes de lo que tienen entre manos.
En 10 años ha habido muchas iniciativas, con algunas que han trascendido la propia asociación, dotándose de un camino propio, como la Plataforma “Un Siglo Sin Tren”, con esa mujer de la camiseta del túnel, Isabel López, que es incansable y que nunca se le pagará lo que está haciendo por esta comarca.
Han sido 10 años muy intensos, de alegrías y frustraciones, de entradas y de bajas, de piedras en el camino y de amigos inesperados (y a veces interesados), pero sobre todo han sido 10 años de entrega desinteresada para que todos los de la comarca tengan un futuro un poquito mejor.
Ahora se echa la vista atrás y se ve que aquel café dio sus frutos: ¿Quién de la comarca no está concienciado en el abandono del tren?. Eso, amigo lector, no ha partido de las instituciones, podemos asegurarlo.
Pero esa mirada hacia atrás no debe durar más de un segundo. Hacia adelante siguen esos gigantes que son molinos, impidiendo el avance de nuestra comarca. Seguiremos haciendo frente a ellos con lo que tengamos. Pero cuantos más seamos más fácil será.
La primera, el próximo martes en la puerta del Congreso de los Diputados. ¿Te apuntas?