Vivimos para ser felices. Nos basamos en un edificio que es la SALUD, mediante un ejercicio que es la BONDAD, y a través de una herramienta, que es la EDUCACIÓN. La EDUCACIÓN, la cultura, el conocimiento y el talento, constituyen la herramienta que nos llevará a la FELICIDAD. Así de fácil. Sin conocimiento no somos libres, ni responsables, ni alcanzaremos un estado saludable, y lo que es peor, tendremos muchas, muchas dificultades para practicar el ejercicio de la bondad. Sin el conocimiento, difícilmente seremos PERSONAS, o sea, no seremos.
La herramienta de la educación hay que saber usarla. Somos seres complejos con realidades variables, donde conviven aspectos individuales, familiares, profesionales y espirituales; facetas todas ellas imprescindibles que contribuyen con sus aportes al logro de ese mantra que conocemos como felicidad. Conviene que acordemos la diferencia entre éxito y felicidad. Podríamos simplificar diciendo que el éxito consiste en alcanzar los objetivos que nos planteamos y la felicidad en el disfrute de ese logro. Bien entendido que ese disfrute instantáneo tras la consecución, debe ser complementado con el bienestar que se vive durante el camino.
Los que tenemos la suerte de vivir y realizar nuestro desempeño profesional en la Ciudad de la Bahía, en esta Arcadia meridional donde conviven el primer Puerto de España y del Mediterráneo en toneladas movidas, y el cuarto de Europa en contenedores, con el principal polígono industrial de Europa meridional, en un perímetro adornado por dos mares y por dos continentes, con el desahogo de dos maravillosos Parques Naturales, así como zonas de esparcimiento recreativo para la práctica de deportes de viento, golf y turismo de altísimo nivel, así como la convivencia con las realidades de Ceuta y Gibraltar, acotando un Estrecho por donde discurren anualmente más de 110.000 buques, Estrecho que debería llamarse Estrecho de Tarifa, al encontrarse en la Isla de Tarifa (o de las Palomas) el punto más meridional de Europa. Repito, los que tenemos la suerte de trabajar en este escenario geoestratégico privilegiado, estamos obligados a jugar estas cartas, y rentabilizar estos talentos, al menos, acorde con las fortalezas y oportunidades que atesora. Vaya, que tenemos que implicarnos en la tarea de poner la Ciudad de la Bahía, la Bahía de Algeciras, al nivel que le corresponde, como uno de los espacios sociales, económicos, culturales y medioambientales más relevantes del mundo, y para ello debemos o deben educarnos.
Nuestro bagaje educativo y formativo debe presentar en primer lugar una actitud comprometida con el Proyecto. Compromiso éste que tiene que estar siempre barnizado por la virtud, por la ética y por un comportamiento honesto y transparente, que derroche confianza y pueda demandar similar imagen en los demás. Pero con querer y ser bueno, no basta. Hay que saber. Talento se llama. Lo define el filósofo y pedagogo José Antonio Marina como el conocimiento, la educación, la cultura y la sabiduría al servicio de la sociedad, en aprovechamiento del bien común. Compromiso, honestidad y talento.
Ese talento debería enfocarse a aquellos valores más rentables en nuestro teatro de operaciones, que es el Estrecho y la Ciudad de la Bahía. Barco, sol, viento, mestizaje, trilingüismo y emprendimiento. En 2035 todos nuestros paisanos con más de 25 años deberían ser trilingües, expertísimos en tecnologías, prácticas, gestiones y desempeños relacionadas con el barco, la logística, el sol y el viento, y con una afición preferente, la creación y dirección de empresas. A este ambicioso objetivo deberían ir alineados todos los proyectos educativos, formativos, universitarios y políticos, haciendo aflorar y cristalizar empresas como el Campus Tecnológico, Escuelas de Negocio, íntimas colaboraciones entre la Universidad y la Empresa, y actividades turísticas, deportivas y culturales sensibles y complementarias con estas citadas realidades.
Partimos de una situación altamente retadora. Sin peso político, sin fuertes empresarios de la zona, y sin ferrocarril, sólo quedamos el territorio y las personas. Desde ya, debemos adoptar una actitud OPEN MIND FOR THE FUTURE. Se trata de construir una Comarca y una Andalucía justa, ética, alegre, comprometida y competitiva. Tampoco en esto nos favorece la realidad; Andalucía fue la última en Ciencias y penúltima en Lectura y Matemáticas en el informe PISA 2015. Una vez más, tenemos que incidir en que el conocimiento es un factor clave para tener ventaja competitiva en todos los sectores y áreas del comportamiento humano.
“Non schoale, sed vitae discimus”. Famosa frase de Séneca donde nos dice que “No estudiamos para la escuela, sino para la vida”. Ejemplos tenemos; Corea del Sur, Singapur, Israel, Finlandia, Holanda,…
¿Nos conformamos con ser espectadores, o queremos ser protagonistas?
Seguimos…