Palabras nuevas, conceptos antiguos

El transporte ferroviario del siglo XXI está inundado de palabras novedosas. Eficiencia, intermodalidad, multifuncionalidad, vertebración social, etc. Palabras que en general significan lo mismo: mejorar el servicio para que se opte por este medio en lugar de por la carretera.

Parece que la evolución del mercado ha evolucionado de forma increíble y que se introducen conceptos que van a revolucionar el transporte, ¿o no?

Esta semana se ha cumplido el 90 aniversario del proyecto en el que se modificaba el trazado del ferrocarril en el interior del Puerto de Algeciras. Dicho proyecto se justificaba este cambio de trazado “la necesidad grande de que tanto el viajero que llega de los puertos de África, como el turista que lo hace del de Gibraltar, puedan tomar el tren directamente del vapor”. Parece que había un interés por coordinar el transporte por ferrocarril y el transporte marítimo, sin duda.
Buscando un poco en el pasado, aparecen ofertas de transporte que mezclaban el ferrocarril con el barco, permitiendo llegar a Gibraltar desde París combinando un viaje ferroviario desde París hasta Algeciras y ahí enlazando con el barco hasta Gibraltar.

Este servicio, además tenía condiciones muy curiosas, permitiendo al viajero pararse ciertos días durante la ruta: el transporte hasta Gibraltar permitía parar 24 horas en San Sebastián, Burgos, Valladolid, El Escorial y Aranjuez, otras 24 en Córdoba o Jaén y hasta 3 días en Madrid. Es lo que se llama aprovechar el trayecto para vertebrar económicamente todo el trayecto: oferta genérica. Ahora que están tan de moda los cruceros que tocan muchos puertos, este servicio era eso: un crucero por ferrocarril. Parece que hemos inventado la rueda, pero esto se ofertaba desde hace muchos, muchos años.Incluso, la compañía de ferrocarriles consiguió modificar el horario de salida de los barcos para que los viajeros no tuvieran que esperar: la reducción de los tiempos muertos eran clave ya en esa época: intermodalidad que se llama ahora.

Tampoco era de extrañar, años después, una vez que España desarrolló el ferrocarril del norte de África ver una oferta de transporte desde París hasta Casablanca.

Esta oferta no es ya de principios de siglo, sino de 1948. Ya funcionaba la RENFE y teníamos dictador. El concepto de intermodalidad y de servicio al viajero no había desaparecido con la Guerra Civil ni con la Guerra Mundial. ¿Entonces, cuando desapareció? Pasó sobre entre años 60 y 80. Ya no había que mirar a África. Con su independencia, Marruecos se alejó muchísimo, sin importar la cantidad de personas que viajaban anualmente desde Francia hasta su país, en periodo de vacaciones. Y encima, Franco decidió cerrar la verja con Gibraltar. Algeciras quedó como el fin de España y simplemente, se olvidó.

El ferrocarril se modernizaba en otras áreas de España, mientras aquí, seguíamos en velocidades ridículas y en incomodidades terribles. Y encima, con tarifas de trenes modernos, porque las tarifas se fijaban en Madrid por kilómetros, no por las instalaciones de la línea.

El tren de la Bahía pasó al olvido. La Bahía sobrevivía cada año a la inundación de personas que llegaban de Francia y los veranos de los años 80 eran auténticas luchas para poder soportar la avalancha.

Sólo cuando llegó la UE y las empresas empezaron a apostar por el Puerto, las cosas mejoraron. En España se empezó a entender que la infraestructura era cohesión social y que el servicio coordinado y de calidad se utilizaba. Pero aún ese concepto sólo está en los papeles. En Algeciras también estamos ya estamos en 2017. Cuatro años después de ser considerado punto final de dos corredores de transporte europeos. Todos los años pasa 1 millón de personas hacia Marruecos y seguimos añorando una oferta como la que teníamos hace casi un siglo: sí, los de hace 100 años ya sabían que la intermodalidad, la multifuncionalidad y la eficiencia eran clave para el éxito del ferrocarril. Lástima haberlo olvidado y haber tenido que reaprenderlo.

(nota: las fuentes de estas imágenes son el blog “viajesferroviarios.blogspot.com” y Jose Mª García Eiras. ¡Gracias!)

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